Hoy, 13 de enero de 2022, se conmemora el día mundial de la lucha contra la depresión.
Según la OMS se estima que un 3,8% de la población mundial sufre depresión, esto es, alrededor de 280 millones de personas están diagnosticadas de depresión en todo el mundo.
Son unas cifras apabullantes para una patología/problemática que en su peor expresión puede llevar al suicidio, conducta que, actualmente, se cobra alrededor de 700.000 vidas al año de la población mundial.
Hoy, con motivo de este día, queremos desmontar aquellos prejuicios y estereotipos sobre las personas que padecen depresión que están presentes en nuestra sociedad. Según un estudio realizado en 2019 que aborda la percepción de la población española sobre la depresión y en el que participaron 1700 personas:
- El 18% de los encuestados manifestó que padecía o que había padecido depresión
- El 86% la consideró una enfermedad
- El 85% opinó que era causa de suicidio
- Los síntomas más conocidos de este trastorno fueron la tristeza y la apatía.
- Por otro lado, los encuestados exhibieron algunas actitudes estigmatizadoras hacia las personas con depresión (60% inestabilidad y 49% debilidad)
- Atribuyeron esta dolencia a causas externas (el 95% a acontecimientos adversos de la vida)
- Opinaron que el psicólogo es más adecuado que el psiquiatra para tratarla (47% frente al 29%).
- Respecto a la medicación antidepresiva, opinaron que genera dependencia (72%) a pesar de ser eficaz (62%)
- Y el 67% de los encuestados con depresión manifestó tomar antidepresivos.
Algunos de los prejuicios existentes como el de que las personas con depresión son inestables y/o débiles son totalmente inciertos y, desde aquí queremos desmentir esa idea errónea generada por una sociedad que no nos permite sentir tristeza ni pena, donde se desbanca cualquier emoción o sentimiento que no sea positivo, que nos obligue a parar y descansar, a no ser productivos y a centrarnos en nuestro cuidado.
Las personas con depresión son personas fuertes y valientes que han tenido que afrontar situaciones traumáticas en sus vidas, aunque algunas de ellas hayan caído en el “olvido” (p.ej. el abuso sexual en la infancia, el acoso y violencia escolar, el maltrato físico y/o psicológico en el seno de la familia, etc) o hayan sido invalidadas como factores que han motivado un dolor psíquico intenso (la pérdida de un ser querido, la traición de un amigo o familiar, el quiebre económico, etc).
Las personas con depresión son supervivientes que luchan cada día para poder cumplir con sus obligaciones (estudios, trabajo, cuidado de seres queridos), a veces, sin que nadie pueda ni siquiera sospechar que cada mañana piensan en desaparecer, en la ausencia de motivos para seguir viviendo, en la falta de comprensión y apoyo familiar y social.
Hombres y mujeres, adolescentes, jóvenes, adultos o mayores con depresión se transforman en grandes actores y fingen estar vivos, cuando en realidad, no se sienten así. Se ven obligados a ocultar su dolor para no ser estigmatizados como débiles, inestables, y esta ocultación es un factor de estrés crónico que aumenta su dolor y dificulta su proceso de recuperación.
El estigma social existente en torno a la depresión es la primera barrera para la búsqueda de ayuda profesional y de apoyo social y familiar. Intentemos normalizar la existencia de los problemas de salud mental porque la salud mental es responsabilidad de todos.