Por Ana Isabel Montalbán, psicóloga y activista en salud mental
El estigma público o social es la forma más prominentemente observada y estudiada del estigma, ya que representa un conjunto de estereotipos, prejuicios y actitudes de discriminación social hacia determinadas personas por el hecho de que pertenecen a un colectivo vulnerable (personas inmigrantes, personas sin hogar, personas con problemas de salud mental y/o neurodivergencias).
El auto-estigma ocurre cuando las personas con diagnóstico en salud mental internalizan estas creencias y prejuicios públicos y sufren numerosas consecuencias negativas como resultado. Es decir, extendemos lo que piensan de nosotros a nuestra persona, lo interiorizamos llegando a creer que los demás tienen la razón, que no somos válidos y que merecemos ese rechazo. Por lo que acabamos por excluirnos directamente nosotros.
Los estereotipos son la manera que tienen las personas de categorizar información sobre grupos de personas. Los estereotipos negativos, como las nociones de peligrosidad o incompetencia (a menudo asociadas con la diversidad en salud mental) pueden causar daño a aquellos que viven con esta condición de salud.
El proceso de auto-estigmatización consiste en asumir el estereotipo (por ejemplo soy peligroso), el prejuicio (tengo miedo de mí mismo) y la actitud de discriminación y rechazo hacia uno mismo por tener una condición de salud mental diversa (por ejemplo, el aislamiento social auto-impuesto).
Una clave para lidiar con el auto-estigma es promover el empoderamiento personal. Y una de las formas de hacerlo es a través del activismo, luchando por la defensa de los derechos de las personas con problemas de salud mental, y también, a través de la auto-revelación, decisión estratégica de dejar a otros saber la batalla que uno lidera y los problemas hacia la recuperación.
CONSECUENCIAS NEGATIVAS
Una vez que la persona internaliza los estereotipos negativos, puede tener reacciones emocionales negativas. Siendo la baja autoestima y el sentimiento de escasa o nula autoeficacia ejemplos de estas reacciones emocionales. Ambos sentimientos se han relacionado también con el hecho de no tomar oportunidades que promueven el empleo y una vida independiente.
El auto-estigma o estigma internalizado, particularmente en la forma de soledad autoimpuesta, tiene muchos efectos negativos como un descenso del uso de los servicios de atención hospitalaria, peores resultados de salud y una pobre calidad de vida.
El modelo de fases del auto-estigma de Bruce G. Link indica que el proceso de internalizar el estigma público ocurre en una serie de etapas:
Primero una persona con una condición es consciente del estigma hacia esa condición (Conciencia), después la persona puede estar de acuerdo en que esos estereotipos negativos son ciertos (Conformidad). Entonces, la persona concluye que esa serie de estereotipos se aplican a ella misma (Aplicación). Y finalmente la etapa de Daño, en la que hay descensos significativos en autoestima y autoeficacia.
Una consecuencia relacionada con la estigmatización es lo que se conoce como el efecto “para qué intentarlo” del que habló el psicólogo Corrigan, donde el auto-estigma interfiere con la consecución de metas de vida. Funciona como una barrera, un sentido de ser menos merecedor de oportunidades o como si no mereciera la independencia o contar con un trabajo competitivo.