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Por Tomás, activista y monitor del Programa Educativo de Fundación SOYCOMOTU

Este soy yo, y esta es mi misión. Así comenzó nuestra primera charla como voluntarios de la Fundación, durante la implementación del programa sensibilización y educación para la salud mental dirigida a alumnado de educación secundaria. Un camino, que llevaba forjándose ya un tiempo en nuestra sala de operaciones, y donde hemos probado que nuestra ingeniería está funcionando finamente.  

De cara a la sociedad, transmitimos información muy valiosa, que hubiera deseado conocer mucho antes. Conocernos mejor a través de relaciones saludables con los demás, sensibilización hacia personas con neurodivergencia, o con algún problema de salud mental. Además de enseñar cómo establecer comportamientos constructivos con las personas con problemas psicológicos o problemas de salud mental. 

De cara a nosotros mismos, como monitores del Programa Educativo SOYCOMOTU, nos queda el enorme sentimiento de realización personal y la satisfacción de ser partícipes en esta causa. Para mí, enfrentarme a miradas desconocidas, atentas a mis movimientos, pensaba que iba a ser complicado. Pero me he sentido cómodo y seguro en casi todo momento. Esto, también es gracias a mi genial compañero, Miguel Ángel, y la enorme labor de Mari Paz, que me podrían rescatar si me hubiera surgido algún bloqueo. Afortunadamente, no ha sido así, y todo ha salido genial, para mi disfrute.

Gracias al programa educativo, puedo dar algo muy valioso para la sociedad, y con el consecuente enorme efecto que esto tiene sobre mi autoestima. Ser importantes para los demás también nos hace serlo para nosotros mismos, y eso es lo que más le agradezco al programa educativo. Tengo la confianza de que, con este programa, puedo tener impacto en muchas vidas, muchas vidas que pueden mejorar.  

A continuación, algunos testimonios de monitores del programa en su primer día:

Miguel Ángel: “Antes de comenzar la implementación de la primera sesión del programa educativo, estaba hecho un manojo de nervios. Mi mente quería hacerme creer que no era capaz, pero tuve el valor de “vacilarle” a mí mente y hacerle ver que, aunque era una situación que requiere de saber estar y estar abierto a cualquier tipo de improvisto, era capaz de hacerlo, sabía que tenía el deber de hacer lo que estaba en coherencia con mi persona y valores y dar la charla que tanto me hubiera gustado recibir a mí en mi adolescencia… 

Una vez puestos en marcha todo fluyó como debía, mucho mejor de lo que esperaba, me sentía como “pez en el agua”, esa estupenda complicidad entre mi compañero y yo; sin duda, fue un momento mágico de los que se graba a fuego en la memoria y guardaré como un preciado tesoro. Gracias de corazón a Fundación SOYCOMOTU por brindarme esta maravillosa oportunidad”.

Chiqui

“Ha sido especial. Entramos al instituto como el primer día de clase: esa era la sensación, volver a la adolescencia. Muchos nervios, pero, nada más empezó,  fue algo muy especial. Tuvimos dos grupos muy diferentes: uno muy participativo y algo revoltoso y otro muy callado.  Al final, ha sido una experiencia muy bonita poder compartir esta formación con ellos y con mi compañera y sales feliz, sientes al equipo, con Oscar también, por supuesto. Merece mucho la pena.”

Kaienta

“Al principio, antes de empezar, me sentía bastante nerviosa. Pero en cuanto empezamos mi compañera y yo a habla y vimos lo bien que participaban todos, me sentí cómoda en seguida. Con mucha ilusión por seguir.”

Álvaro: “Hoy ha sido un día interesante, llevaba prácticamente desde la Universidad sin exponer enfrente de tanta gente y hoy he expuesto por primera vez, ¡además todos adolescentes! La experiencia ha sido muy enriquecedora, pues he visto con mis ojos que la salud mental deja de ser un tabú poco a poco, al menos las nuevas generaciones saben que cualquiera puede pasar por un problema de salud mental en su vida. Este ha sido el comienzo de mi aventura como voluntario en Fundación SOYCOMOTU.”

Cayetano: “Creo en este Programa de Educación para la Salud Mental, y que debería estar implantado por la Administración en todos los centros, así que me siento útil y agradecido por colaborar con la Fundación como voluntario. Esto ayudará a muchos jóvenes a cuidar su salud mental, a tener actitudes constructivas hacia quienes padezcan problemas psicológicos y a normalizar los problemas de salud mental. Me parece que lo he hecho bien, gracias a la ayuda de Camila, que es una gran compañera y sabe mucho más que yo sobre cómo hablar con adolescentes. Y también por la gentil ayuda de Mari Paz, que hace que nos sintamos seguros.” 

Camila: “En esta primera sesión he sentido nervios, ya que la tarea de sensibilizar y alfabetizar en salud mental considero que debe hacerse desde el respeto y con un objetivo clave: Que los más jóvenes aprendan a cuidar de su salud mental (y la de sus compañeros). También he sentido gratitud, ya que el poder haberme formado como monitora me ha proporcionado los conocimientos necesarios para poder impartir este taller, un taller que a su edad me hubiera gustado mucho recibir.” 

Tomás: Esta es nuestra historia y somos vidas, que por un motivo u otro han cruzado su camino en esta lucha. El estigma está en todas partes. Seguiremos luchando.