Por Mª Paz Santiago Lorenzo, Graduada en Bellas Artes, Monitora del Taller de Ilustración, Grabado y Novela Gráfica de Fundación Soycomotu
Un ingrediente fundamental en estos talleres y necesario para la expresión artística es la creatividad. Ésta se manifiesta de la manera más variopinta, y, en este caso, la hemos querido estimular mediante la técnica del cadáver exquisito, usada por los surrealistas en los años 20 y basada en un juego de mesa llamado Consecuencias.
En este juego los participantes, por turnos, escribían en una hoja de papel, doblando la parte escrita y pasándola al compañero que tuviesen al lado, de manera que no supiesen qué había escrito el anterior y el resultado fuese una obra secuencial. Los pioneros del juego mantenían que éste debía hacerse de forma anónima, grupal, espontánea, prácticamente automática. Se puede decir que la obra final podría revelar la realidad inconsciente del grupo y el nivel de influencia que se ejercen entre sí los intelectuales dentro de un círculo de creadores.
“Lo emocionante para nosotros en ese tipo de producciones era la certeza de que, para bien o para mal, representaban algo que no era posible por el trabajo de una sola mente”.
André Bretón, fundador del surrealismo y precursor de la técnica
Las aplicaciones del Cadáver Exquisito se extienden al dibujo, al collage y a la pintura. Para tener una primera toma de contacto con la técnica, hemos creado un ser a partir de esta idea, solo que, dejando a un lado, de momento, la condición de que nadie puede ver lo que ha hecho el participante de al lado.
FASE 1: obra conjunta
En una primera parte, como acercamiento, los participantes prefirieron intervenir todos y todas a la vez, pues si se respetaba el procedimiento original, habría que esperar.
Se dispuso un papel de unos 50 cm de alto por más de dos metros de largo, sobre el cual los/as participantes comenzaron a dibujar. Establecimos de forma consensuada que lo que dibujaríamos sería una especie de ser humanoide, con dos cabezas a los extremos, conectadas por un mismo cuerpo del que saldrían diversas extremidades.
Una vez de acuerdo sobre el nexo común y repartidas las partes entre los/as participantes, todos se prepararon para ponerse a crear.
Participantes interviniendo el “Cadáver Exquisito”
Para algunos/as el hecho de improvisar resultó natural y espontánea, para otros/as fue un proceso un poco más pensado, que, sin duda, sirvió para salir de esa zona de confort, a veces, tan común de tener una idea muy pensada y bocetada.
FASE 2: escribir e ilustrar
Una vez comprendida la técnica de Cadáver Exquisito, comenzamos a hacer una prueba de la misma, pero esta vez escribiendo y siguiendo más fielmente, aunque no del todo, las reglas del juego, ya que realizamos una nueva adaptación para no tener que esperar a que el/la compañero/a tuviera que terminar para poder escribir. Acordamos, en equipo, una serie de preguntas (cuyas respuestas podrían componer a grandes rasgos una historia) que encajaban con el número de participantes asistentes al taller:
- ¿Dónde?
- ¿Cuándo?
- ¿Quién?
- ¿Qué?
- ¿Cómo?
- ¿Por qué?
- ¿Con qué?
- ¿A quién?
- Final
Cada participante respondió a su pregunta, de manera que ninguno/a sabía que había escrito el compañero/a y luego se juntó todo, dando lugar a la siguiente historia:
“En la huerta del Segura cerca de una alameda, había una casa típica con animales domésticos, un perro y un gato. El cielo estaba oscuro donde el río serpenteaba manso y plácido. Los limoneros estaban en flor. En una era muy lejana hacia el futuro, en el 12.000 d.c. cuando el planeta se inundó por el calentamiento global y volvió a bajar la marea para dejar que los seres marinos tomaran el control del planeta, un personaje intergaláctico (…), tras esperar que bajara del vehículo, sin que nadie le pudiera ver, aprovechando la baja luz de las horas al atardecer, le dejó una carta de amor en el asiento principal, de modo que pudiese verla antes de continuar su marcha y perderse, quizá para siempre, colina abajo. Comenzó a mirar la pantalla del ordenador que iluminaba su rostro y eso le hizo tomar sus lápices de color y comenzar a dar color y luz a su vida.
“¿Por qué la vida es injusta a veces? Porque, a veces, la vida nos pone a prueba. Tenemos que superar diferentes obstáculos. Tienes que ser fuerte e independiente. No te rindas nunca. A todos nos va a pasar porque es ley de vida. Te quiero mucho, mi niña”
Era una máquina de alta destrucción. Un arma definitiva: el pergamino de plomo de 2 metros de largo, 53 cm de alto y 7 toneladas. Amenazó con borrar la humanidad de la faz de la Tierra. La víctima era un furro con forma de lobo azabache con espada en mano.
Tras la tormenta (…) y todo se volvió normal y pacífico. FIN.”
Una vez conformada esta historia tan dispar, iniciamos el reparto de las ilustraciones a realizar, de manera que quien había escrito el QUÉ, por ejemplo, dibujara el POR QUÉ, y así con todas las partes.
Próximamente digitalizaremos todas estas páginas para crear un breve fanzine colectivo.