Por Merce
Participante del Taller de Literatura y Escritura Creativa
Fundación SoyComotu
Nazco a través de sus ojos y marco el camino a las que me seguirán. Lo sé. Mi abuelo puso expresión a la tristeza, al igual que mi madre. En cambio, mi abuela, acompañada de gritos y una escena de auténtica euforia, marcó la felicidad. Mi padre no fue capaz de hacer nada de eso porque se quedó a medio camino, roto.
Y aquí estoy yo, a punto de lanzarme por el mismo precipicio que todos ellos. Me deslizo con la mayor de las facilidades dejando a mi paso el camino trazado. Aumento la velocidad en el último tramo de su mejilla, ahora enrojecida. Freno al borde del acantilado, a punto de caer al abismo. En poco tiempo viene la siguiente y nos fusionamos. Apenas podemos sostenernos, pero lo disfrutamos.
Me caigo y contemplo su rostro. Le duele. He nacido de su dolor. Busco por todas partes el origen, sin éxito.
5 Comments
mikel
¡Enhorabuena Merce! Es un relato precioso.
Mientras lo leía no era capaz de distinguir si era el recorrido de una lágrima vertida lo que describías o el testimonio propio de alguien que se aferra con fuerza a la vida.
Las lágrimas de tu relato podrían simbolizar la historia de aquellos que, conscientes de su fragilidad, luchan por mantenerse en equilibrio y tratan de extraer la esencia del instante, de este mismo en el que te escribo, que pronto se diluye por nacer preso de un pasado ya recorrido, y cautivo y arrastrado por la pendiente del abismo que representa el futuro, incierto y desconocido.
Paso sobre paso, caminando juntos de la mano, como tú bien comentas, aunque a veces duele…disfrutamos.
Un beso.
Elena Lorenzo
¡Felicidades Merce por este texto! Tus palabras tienen mucha fuerza y mucho significado. Tu mensaje que creo que no es uno solo (cada lector interpreta el suyo) me llega y me conmueve.
Belén
Que bonito reflejo el de las lágrimas, para expresar algo tan intenso. Me encanta, felicidades Merce.
Mª Nieves Martínez-Hidalgo
Enhorabuena, Mercedes, por este bello texto que has querido compartir con todos nosotros. Expresar el dolor, la alegría, conseguir hilar estos sentimientos en palabras es algo maravilloso que nos ayuda a todos a reflexionar.
Carlos
Me ha encantado Merce. Tengo que confesar que la sensación que tuvimos todos los que estábamos presentes en el momento de la lectura de este relato fue que estabas jugando con nosotros. En una primera lectura, a ninguno de nosotros se nos pasó por la cabeza que la protagonistas del relato fuese una lágrima. Y ese juego, esa forma de jugar con el lector, es una prueba de que eres una escritora sensacional.