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Por los participantes del Taller de Lectoescritura
Fundación SoyComotu

Presenta Mikel Quetglas, monitor del taller:

El pasado día 5 de Febrero los alumnos del Taller de Lectoescritura Creativa tuvieron una nueva iniciativa. Decidieron comenzar a escribir una serie de microrrelatos en los que se cumplieran los siguientes requisitos, a saber, que fueran de un máximo de 100 palabras y que todos partieran de una frase común, elegida la semana anterior.

Periódicamente, iremos compartiendo con todos vosotros los trabajos de estos grandes artistas que, paso a paso, como si de un alambique se tratara, van destilando, concentrando y compartiendo parte de la esencia que les define.

¡Enhorabuena a todas/os!

Estos, que a continuación os transcribimos, fueron los primeros resultados. Esperamos que os gusten:

Sesión XII. 12 de Febrero de 2016. “Cuando se acabe la fiesta, todo será olvido…”

Cuando se acabe la fiesta, todo será olvido. Cuando se acabe la fiesta ya no serás mío. Toda esta gente… ¿de dónde habrá salido?  Te busco y no te encuentro, siento que me ahogo. Luego apareces y respiro. Miradas al reloj, la fiesta ya se acaba. ¡Que se vayan todos!, tú no, ¡quédate conmigo!. Se ponen los abrigos, los guantes, las bufandas… Reparten sonrisas de despedida. Ya se van por donde han venido. Sólo quedamos tú y yo. No te vayas, te lo ruego, comenzaremos de nuevo. Es una noche mágica, lo conseguiremos.

Por Isabel Navarrete

“Cuando se acabó la fiesta, cansado, ebrio, abatido y disgustado por no haber sido fiel a mi mismo y haber descansado esa noche, me dirigí de vuelta a casa. -¡De nuevo mi absurda realidad!-pensaba -Todo pasa y nada queda- Un bocinazo me despertó de mi letargo; me había saltado un semáforo en rojo y a punto estuve de ser arrollado por un auto:

-¡Borracho!-me increpó, con razón, el conductor sesentón con mirada desbocada y sujeto por el cinturón de seguridad que no pudo, ¡gracias al cielo!, desabrochar con facilidad.

–Disculpe jefe, me confié- le respondí entre dientes.

Aceleré mi marcha fúnebre y me adentré en un jardín próximo al suceso. Fatigado y confuso me senté en un banco tenuemente iluminado. Pronto me vi rodeado de sombras y cada una portaba un mensaje diferente y pensé:

-¿Por qué es todo tan difícil?–”

Por Mikel Quetglas

Sesión XIII. 19 de Febrero de 2016. “Es una noche mágica, lo conseguiremos…”

“Es una noche mágica, lo conseguiremos”, dijo Dante, pero no pensaba que Matilde ya había tomado una decisión, quizá algo precipitada, pero en lo más profundo de su ser sabía que estaba siendo fiel a sí misma.

Mientras tanto, reían. Pasaron por la puerta de aquel viejo que siempre cantaba la misma canción y, aunque los años pasaban por él, su mirada seguía conservando un destello de inquietud y curiosidad más propia de un niño. Su rostro en conjunto parecía una invitación a rememorar tiempos mejores.

Acurrucados en el húmedo prado admiraban las perseidas tras una noche de libertinaje como los dos hermanos no disfrutaban desde que llegasen los malentendidos. ¿Por qué les había ocurrido esto? Quince años de desapego habían sido suficientes. La noche y el alcohol eran propicios para una reconciliación sincera.

Mas en el zenit de la luna, Matilde comprendió que era el momento de las verdades. No podía enfrentarse a los viejos recuerdos. El corazón le invitaba a quedarse, pero su raciocinio le empujaba a aceptar esa vida nueva lejos de aquel lugar. Largos sentimientos anidaban en ellos y largas serían también las consecuencias de aquello que ambos sentían.

Por Encarna María Toral

Juntos de nuevo

Es una noche mágica, lo conseguiremos. Compartiremos intenciones, compromisos y deseos. Y soñaremos… Subiremos a la luna por una escala que nosotros trenzaremos. De pronto, brotan recuerdos amargos. Avanzábamos renqueando por un abrupto sendero. El paraje era neblinoso, se hizo imposible el encuentro. Se desvanece la melancolía y aflora la realidad prendiendo un ramo de ilusión. La linterna de la esperanza alumbra una nueva senda; la seguimos sin dilación. Tú y yo juntos de nuevo; esta vez no nos perderemos.

Por Isabel Navarrete

Sesión XIV. 26 de Febrero de 2016. “Si lo hice fue sólo por amor…”

Olvido

Si lo hice fue sólo por amor. Te dejé porque no me soportabas y tú carecías del valor suficiente para abandonarme. Siempre fuiste un cobarde. Dejaste de quererme cuando te la presentaron en aquella maldita fiesta; de eso estoy segura, mi intuición no me falla. Después me contaron lo vuestro y pensé en matarte por tu infidelidad rastrera. Descarté esa idea porque aún te quería y no me apetecía ingresar en la cárcel sin más compañía que la pena. ¿Cómo te va? ¿Sigues viéndola? No me contestes, ya no me interesan tus explicaciones. Ahora mi venganza es el olvido.

Por Isabel Navarrete

Si lo hice fue sólo por amor propio, del que da brillo y engalana el traje que me viste y el buen porte que me acompaña. Te conté toda la verdad; la mía, por supuesto… ¿por qué te molestaste entonces?. Fue un impulso vacío de sentimiento, juegos de artificio que estallan entre las manos y terminan en arrepentimiento. Y después, …nada. ¡No eternices un instante que pasó como un suspiro!

“¡Jefe!, un café sólo, por favor”: mientras contemplo, a través del cristal deslustrado de un café-bar cualquiera, la ciudad que despierta.

“Pronto saldrá el sol, y volveré a mentirte si te digo que te quiero”.

Por Mikel Quetglas

Si lo hice fue sólo por amor. El escándalo que se produjo porque una mujer besó a otra no me afecta. ¿Qué Dios deja que un corazón permanezca enjaulado? ¿Estoy maldita? ¿Por qué o para qué tanto sufrimiento? ¿Si no debo hacerle caso a mi corazón a quién entonces? Amar es mi veneno, pero yo no estoy hecha para odiar. Quiero cogerla de una mano y festejar que me ha prestado su corazón. La felicidad macular arde y se pierde como el humo.

Por David Moreno