Un Lienzo de sueños
“La Arribada”
Por voluntario de la Fundación SoyComotu
“… El océano bruñe con su salitre la corona de la Tierra. Mientras, sus aguas velan su rostro. El sol, en su recogimiento, emite un resto de luz, pincelada luminosa. A su contacto, las lánguidas sombras de galeones, urcas, lanchas y galeras transpiran a través de la brea, proyectando en el agua la idea que dio sentido a la volante materia.
Temor, ansia, curiosidad y deseo. Lo que hay al otro lado solo el barquero lo sabe. Navegantes entre dos aguas, ¿habéis puesto bajo el mayor vuestra moneda para Caronte?
Los ojos que contemplan al Leviatán quedan encandilados por el canto de las sirenas. ¡Maldito kraken! Los que han sobrevivido guardan en sus retinas un horror que comparten animados por unos golpes de vino en las tabernas.
Inmensidad líquida, entre la furia y la más absoluta calma el cielo te precede anunciando los mil rostros expresivos de tu rabia. De la Tierra exiges pleitesía, prorrogando sus días a la espera de un cambio de humor.
Pero no todo son desgracias. Los mil peligros que el hombre atávico vio desde siempre en los mares permanecen guardados en lo profundo de su mente, junto a la esperanza. Es entonces cuando los inquietos buscan en la rosa de los vientos su destino. Faltos aún de una riqueza que esperan encontrar, le entregan en prenda sus ilusiones. Y junto a éstas, todas las fantasías que oyeron; hombres de inmensos pies, ciudades de oro entre bisontes, amazonas flecheras o dorados destinos inalcanzables…
Maravilloso Kavafis, seguiremos tu consejo y nos guardaremos de llevar nuestros temores escondidos en nuestras almas, no vaya a ser que éstas los pongan ante nosotros…”.