Por Monitor del Taller de Expresión Musical y Vida
Fundación SoyComotu
Un auténtico tumulto de impresiones agradables fue el que se vivimos el pasado sábado 16 de diciembre en la Biblioteca Regional de Murcia. Allí nos reunimos la friolera de casi treinta personas para intentar sacar jugo a la combinación de tres disciplinas que son, a saber, baile, activismo y música. El objetivo de esta reunión del Programa de Talleres Soycomotu de Formación Inclusiva y Creatividad lo teníamos muy claro: estimular el contacto social entre personas con y sin problemas de salud mental a través de la unión de estas tres disciplinas.
Los invitados en esta ocasión, los participantes de los talleres de Activismo y Baile, se vieron sorprendidos nada más entrar por la puerta de la sala con un ensayo que nuestra banda musical en ciernes estaba realizando para un futurible villancico hilvanado con la acidez característica del rock duro. El resultado final de semejante combo lo conoceréis en fechas no muy lejanas.
Comenzó la sesión con una presentación en la que cada uno de los allí reunidos tuvo que hacernos saber, a parte del clásico “me llamo…”, un baile y una banda musical con los que se identificasen. Posteriormente, Noelia, nuestra nueva compañera voluntaria dirigió uno de los puntos álgidos de la tarde. Sentados en círculo y abrazados con los de al lado, con la luz tenue y los ojos cerrados, para que se crease un ambiente de confianza, tranquilidad y calma, formamos una ola de respiración. A continuación, entre todos creamos una “caja de música”, en la que poco a poco cada persona debía añadir un sonido propio a lo que se estaba formando, usando para ello su voz y su boca. Silbidos, gruñidos, ruidos parecidos al motor de un coche y hasta una cabra montesa aparecieron en el ambiente.
Continuaron los juegos con una actividad en la que, a través de una imagen, los participantes formaron cuatro grupos y tuvieron que improvisar una música y un baile. Para ello se sirvieron de los instrumentos que cada uno de ellos había traído, como un saxo, panderetas, violines y un sinfín de diferentes instrumentos. La sala bullía ruido y creatividad. En los siguientes vídeos se puede apreciar el resultado de tanto arte:
Grupo 1: “La persistencia de la memoria” de Salvador Dalí
Grupo 2: Fotografía de Henri Cartier-Bresson
Grupo 3: David Bowie a.k.a. Ziggy Stardust
Y después de tantas sonrisas, decidimos poner el broche final que esta interacción se merecía: una cena por todo lo alto en un restaurante cercano. Un día para no olvidar.