Un Lienzo de sueños
“El Bardo”
Por Voluntario de la Fundación SoyComotu
“…El parque me parece dejado, algo descuidado. La hierba está presente por todas partes y las flores y matas, asilvestradas, crecen entre una tupida hierba. La diáfana luz que traspasa el velo rasgado de sus ramas provoca hermosos efectos de vistosos colores, como los del transparente de una catedral.
Anchos paseos los del olvidado parterre. Arterias vegetales de clorofila, cerradas por sus muros de flores que como líneas paralelas sin principio ni fin escoltan un camino desgastado que ya otros siguieron; curioso laberinto éste en el que parece no importar perderse. Ligero, noto mi sudor mezclarse con la humedad que se palpa en el aire.
Lo que empezó siendo un bocado en el estómago se torna vacío que quema; el aire que a bocanadas tomo no consigue aliviarme y lejos de parar acelero mis pasos, cada vez más. No necesito ver para saber que al final del camino está lo que tanto anhelo. Sigo, caballo desbocado espoleado por un jinete interior que a cambio de nada me pide sin colmo.
Consigo al fin traspasar el remate. Arcada de rosas rojas, reflejo de efímera arquitectura.
Un espacioso claro se abre y en el centro, sobre un banco de piedra, encuentro sentado a un juglar enamorado que entona con su guitarra ingrávidas notas de amor cortés. Mientras, a lo lejos, una elegante figura de mujer se aleja dando la espalda.
¡Qué cruel sino el del amor no correspondido!…”.
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