Un Lienzo de sueños
“El Guardián de la Odalisca”
Por voluntario de la Fundación SoyComotu
“…Siempre pensé que los jardines oníricos tenían que ser sublimes, con grandes cascadas y extraños seres. De todo ello no vi nada. Fue más bien como entrar en una estancia vegetal.
Primer plano de colores, un frondoso árbol arranca de una tupida hierba cubierta de blancas flores. El árbol, entre el cielo y la tierra, dejaba caer sus ramas perezosamente en una descuidada libertad de tonos. De la pared vegetal, como si de un bajorrelieve se tratara, sobresalían dos figuras. Una de mujer, desnuda. La otra animal, un tigre enorme. Rey de la selva destronado.
Ambas observadoras, los ojos de la mujer lo abarcaban todo. Siempre en silencio, escudriñando cada detalle con una atención depredadora. Buscar, encontrar y consumar el último estertor de sus víctimas eran el todo de una misma cosa. Ojos de azabache, dentelladas de carmín que desnudaban mi alma.
El tigre, severo, me recuerda al de Kipling. Sin embargo éste no es tan fiero. No es sólo una piel pienso. Mientras, estático, continúa fiel diván de la princesa.
Todo me recuerda a aquellos cuadros sobre odaliscas, como el de Ingres. Pero al contrario que la suya, la mujer que reposa sobre el tigre muestra una calmada fiereza de la que aquella absolutamente carece.
Palpo la complicidad de ambos. No oigo sus palabras. No es necesario. Sus ojos me lo dejan claro. No pertenezco a su mundo, ni aunque quisiera. El aire juguetea entreteniéndose en las ramas. Ha llegado el momento de seguir…”.
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