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Por Mireya Martínez, voluntaria y activista en Fundación SOYCOMOTÚ

En el imaginario colectivo, el activismo es una acción de protesta para llamar la atención sobre un problema social en forma de actos muchas veces considerados vandálicos como, por ejemplo, “quemar contenedores”.

Queríamos aclarar que nuestro activismo es creativo, porque consideramos que además de protestar por los derechos de las personas y porque no se discrimine a nadie, intentamos buscar soluciones a situaciones que consideramos injustas para determinados grupos de personas. Con esto en mente, definimos nuestro activismo como un proceso enfocado en el diseño de soluciones que puedan facilitar el cambio que queremos ver en el mundo.

Nos organizamos para defender e impulsar proyectos que consideramos importantes para la disminuir el estigma asociado a personas con problemas de salud mental.

La salud mental, ha sido puesta en el centro desde hace unos años y cada vez hablamos más y con mayor naturalidad sobre ella, o, al menos, eso es lo que parece estar ocurriendo. Sin embargo, quedan muchos pasos que dar y quedan muchos derechos que defender, Derechos Humanos, en muchísimas ocasiones.

Si uno de tus propósitos para este nuevo año 2025 es ser una persona más comprometida con esta causa y deseas contribuir a un mundo mejor, te animamos a unirte a nosotros en el Taller de Activismo de Fundación SOYCOMOTÚ.

En la Fundación encontramos argumentos fundamentales para desmontar mitos e informaciones falsas sobre este tema. Lo hacemos divulgando en redes sociales, educando para la salud mental en aulas de colegios e institutos, redactando el periódico Puentes, observatorio del estigma, promoviendo mesas redondas y jornadas de debate con otras entidades, reflexionando sobre películas o documentales en actividades de Cine Fórum.

Por último, queremos enumerar algunos de los derechos que las personas con problemas de salud mental consideramos deben ser atendidos y respetados por la sociedad: ser tratados con respeto y dignidad, tener un trabajo adaptado a nuestras necesidades, desarrollar relaciones afectivas satisfactorias, decidir sobre lo que nos atañe, tener información veraz sobre lo que nos ocurre.

El activismo como estrategia comunitaria de lucha contra el estigma en salud mental ayuda a todo el mundo. A los afectados que no se atreven a contar cómo se sienten, a los familiares y a los amigos que podrán comprenderlos mejor, a los profesionales de salud mental, y a los propios activistas que estamos cada vez más seguros del paso que hemos dado.

En este enlace puedes saber más sobre cómo entendemos nosotras el activismo en salud mental